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¿Lora?

Lora es el proyecto ecológico del joven vinatero riojano Miguel Merino Navajas, que ayuda a su padre a elaborar los prestigiosos vinos ‘Miguel Merino’ en la Rioja Alta.

 

Miguel, un firme defensor de la agricultura sostenible, comenzó a trabajar un viñedo y lo convirtió a orgánico para crear una pequeña gama de modernos vinos ecológicos.

 

El resultado es Lora: vinos divertidos, frescos y afrutados, que se salen del concepto de vino ecológico que hasta ahora tenemos.

Lora Vinos

Los vinos Lora vienen de un lugar espectacular: la región de Cuenca, en el final oriental de la Meseta. Aquí, el altiplano alcanza sus mayores cotas de altura, los suelos son rocosos y el clima se vuelve frío. Bosques de pino y encina comienzan a trepar hacia las montañas cercanas y las cepas tratan de sobrevivir entre los calurosos días manchegos y las heladoras noches estepares.

Una mezcla de la uva española Verdejo y la internacional Sauvignon Blanc. Bonito color blanco pálido con destellos verdes. Aromas de frutas tropicales y flores protagonizan la nariz de este delicado e intenso vino ecológico blanco. Seco, elegante y sin aristas, con una acidez equilibrada y largo.

 

Perfecto para acompañar cualquier picoteo, ensaladas, platos de pasta, quesos y barbacoas. Por supuesto, va genial con pescados y mariscos, y no hay mejor aperitivo que una copa de un buen blanco.

Una gran combinación de nuestro Tempranillo con la especiada uva Syrah y un toque de Merlot. De brillante color rojo rubí, este vino tiene una excelente nariz de violetas, cerezas  y tonos terrosos. La crianza en barricas aporta aromas tostados y especiados de vainilla y pimienta. En boca es suave y sedoso, delicado y redondo, con gran armonía entre fruta, roble y especias.

 

Perfecto para tomar con una gran variedad de comidas, como cordero asado, estofados, platos de cuchara, unos buenos quesos o en solitario. ¿Un pequeño truco?: pruébalo con chocolate negro.

La vía ecológica

En muchas maneras, la agricultura ecológica es simplemente cultivar como se hacía antes, cuando la gente plantaba para alimentarse a sí misma, y no iban a echarle venenos a su propia comida.

 

La agricultura ecológica no emplea fertilizantes químicos de síntesis, ni organismos genéticamente modificados, para aumentar la productividad, ni utiliza pesticidas para combatir plagas. Lucha contra las amenazas del entorno con técnicas naturales, agronómicas y biológicas, tales como el uso de plantas, flores, minerales, insectos y, sobre todo, muchas más horas de trabajo manual, que desde luego exigen un mayor esfuerzo por parte del agricultor, pero que a la larga compensa.

 

La viticultura ecológica es una pequeña parte de la ecología. Somos lo que comemos (¡y lo que bebemos!), y merece la pena invertir algo de tiempo y esfuerzo en una forma de vida mejor integrada en el medio ambiente. Ahí fuera hay un montón de asociaciones de gente que comparte experiencias, conocimientos, semillas, plantas… y animamos a todo el mundo a interesarse en el tema.